lunes, 16 de marzo de 2015

"Yo no uso drogas, mis sueños ya son lo suficientemente horribles"

De vuelta a la hostilidad entre arte y ciencia. "Con frecuencia me siento más próximo a los matemáticos que a mis colegas los artistas". Con esta frase, un incomprendido Maurits Cornelius Escher describría la naturaleza de su obra.

'Cinta de de Moebius II'
Tanto tiempo atrás como la 'Cinta de Moebius II' (1963) quiera plasmar, los grabados de Escher tenían que reflejarse tímidamente en Entrelinías.

Ciencias o regularidad geométrica, lo cierto es que el ahora popular artista holandés no era precisamente un experto en matemáticas. Sus conocimientos geométricos puros siempre fueron limitados. Muchas de las conclusiones gráficas y matemáticas a las que llegó tuvo que descubrirlas por sí mismo, a la vez que realizaba sus trabajos. Y así engañaba los sentidos de los más escépticos.

'Manos dibujando'

Como en "Manos dibujando" (1948), en la que Escher quería mostrar los engaños del dibujo. Cada mano pinta la otra, estando ambas además en un papel clavado con chinchetas que a su vez forma parte de la superficie plana que contiene el conjunto de la obra. 

Todo elemento era imprescindible. Las hormigas de la ilustración anterior permiten plasmar la única