En una apasionante temporada
donde las haya, es perfectamente comprensible que la Fórmula Uno haya marcado
récords de audiencias este año. Y no es para menos. Solo habría que ver el
último Gran Premio de Brasil, en el que Ferrari y Red Bull nos volvieron a
poner el corazón a mil. Una carrera en la que Sebastian Vettel se convirtió en
el piloto más joven de la historia en conseguir tres títulos consecutivos, y en
donde Fernando Alonso terminó a tan solo tres puntos.
Y es que el equipo de Christian
Horner supo reinventarse en el último tercio de la temporada para llevar a
Vettel hasta la victoria final. Evolucionó más que nadie y encontró nuevas
mejoras en el momento clave, a pesar de los quebraderos de cabeza y las paradas
repentinas que provocó en varias ocasiones el alternador de sus monoplazas, dejando
a estos como juguetes sin pilas. Pero
salieron del paso, posiblemente
'aturdidos' aún por todas las prohibiciones que puso la FIA para que no volvieran a arrasar como en 2011. Y lo consiguieron.
'aturdidos' aún por todas las prohibiciones que puso la FIA para que no volvieran a arrasar como en 2011. Y lo consiguieron.
También se lo puso difícil
Fernando Alonso, que contrarrestó de nuevo la precaria aerodinámica de su
monoplaza, con asombrosas remontadas en las primeras curvas, después de las
modestas clasificaciones. Unos adelantamientos que le dieron más de los puntos
que los italianos hubieran imaginado. Ejemplo de ello, fue la remontada de
Valencia.13 adelantamientos para acabar
ganando la carrera.
Sin duda, el bicampeón sacó la ya
conocida barita mágica. Y, de haber descontado los accidentes de Spa y Suzuka, estaría
enseñando en medio mundo su tercer trofeo mundial. Así, mientras Alonso veía
cómo los comisarios le retiraban el coche en Japón, al verse involucrado en el
incidente con Kimi Raikkonen, a los Red Bull les brillan los ojos de la
emoción.
Situación parecida, pero exageradamente
más peligrosa, fue la vivida en Bélgica. Temiendo ya por la integridad física
del piloto, Alonso salió ileso del accidente provocado por Romain Grosjean, que
se llevó por delante a todo lo que pilló de por medio. Suerte. No pasó nada
grave. Y al francés le costó una merecida sanción de una carrera, sin que
Fernando pudiese sumar puntos en su lucha con Red Bull, que desafortunadamente
para el asturiano, ambos monoplazas no se vieron perjudicados en tan aparatoso
incidente.
A pesar de todo lo sucedido,
Alonso seguirá siendo campeón para muchos amantes del motor. Por su lucha constante,
su valentía y sobre todo por no tirar nunca, nunca la toalla. Y es que es
número uno. Aunque, si bien por ahí resuena eso de la suerte del ganador. Y ese
fue al final, sin entrar en polémicas banderas, Sebastian Vettel.
La nota curiosa la puso McLaren,
que a pesar de ir contra pronóstico, terminó la temporada en lo más alto de la
clasificación de rendimiento, pues el MP4-27 ha sido esta última parte del campeonato
el coche más veloz, seguido de Red Bull y Ferrari, así como de un sorprendente
Force India, que no ha parado de subir enteros desde Spa. Algo que debemos
tener en cuenta, pues aunque los coches del próximo 2013 serán diferentes, los
escasos cambios en la normativa hacen que mucha de la base técnica acumulada
esta temporada sea vital para el próximo año.
Y de ahí pasamos a sus pilotos.
Después de hacer una grandísima arrancada de temporada, ni Button ni Hamilton
tuvieron opciones al título al final de la misma. Es cierto que McLaren no ha
sido brillante en los ‘pit stops’- aunque curiosamente, el equipo protagonizó
la parada a boxes más rápida de la historia de la F1, logrando cambiar las
cuatro ruedas del coche de Button en 2,31 segundos en el GP de Alemania - y que
no ha tenido la fiabilidad de otros años, pero se esperaba que sus pilotos
contrarrestasen esta problemática. Y más cuando nos deslumbraron al inicio de
temporada. Y es que en el cómputo global, la escudería de Whitmarsh se saldó
con seis victorias (tres para cada uno) y las 8 'poles' (7 Lewis y 1 Jenson).
Otro de los que dejaron un sin
sabor, fue Michael Schumacher. Se esperaba algo más del veterano piloto en el
que ha sido su último año. Superado por los más inexpertos y los coches más
precarios, terminó décimo tercero. Un final triste para el siete veces campeón
del mundo.
Ya desde una perspectiva global,
esta temporada ha sido, probablemente, la más igualada de la historia, con un comienzo
del año asombroso y siete vencedores en las siete primeras carreras. Es verdad
que al final sólo llegaron dos pilotos con opciones matemáticas al título, pero
durante tres cuartos de la misma hemos asistido a un equilibrio de fuerzas.
Ha faltado recordar las dos ocasiones en las que Red Bull debieron de ser descalificados de carrera, una por agujeros no permitidos en el fondo plano, y otra por la manipulación de los mapas motor. En ambas ocasiones contaron con un monoplaza fuera de reglamento, y únicamente fueron apercibidos por ello.
ResponderEliminarEn esta batalla de armas de fuego contra espadas samurai, Red Bull contó con una ayuda aun más poderosa que la pólvora....
Exacto. Un poder que hace la suerte del campeón. Pero es cierto también que siempre van muy por delante que el resto, aunque eso signifique que a veces se "pillen los dedos".
EliminarAun así, quien hace la ley hace la trampa...