viernes, 29 de junio de 2012

'Tipical Spanish'

Todo viene a raíz de un ‘twit’. A dejarme mecer por la mano de la audiencia ¿Por qué no? O no lo hacemos así muchos de nosotros. Quien esté libre de pecado ya puede ir tirando piedras.

En plena euforia futbolística y con ‘La Roja’ hondeándose en otra final, España vive en una nube rodeada de oro. Pero no conforme, rompe una de sus tradicionales reglas ibéricas: quiere más.

La magia de Iniesta, la visión de Xabi Alonso, la percepción de ‘San Iker’ salvador, las ideas de Xavi, la rapidez de Jordi Alba, el engranaje de Cesc o la cabeza de Del Bosque no valen en un país tan exigente. Exigencia que sobre todo se aplica a la hora de buscar buenos cabezas de turcos en los parlamentos nacionales. Pero esa es otra historia…

Será el calor del polvo africano o las inminentes rebajas, o quizás el oro de la nube. Esa que nos ha impedido ver que estamos ante una magnífica Selección, la mejor del mundo, la mejor de Europa y la misma que empezó en la fase de grupos empatando con la ‘todopoderosa’ Italia y rodeada del pesimismo y escepticismo ‘tipical Spanish’. Sí, aquella que ahora mira de frente a su rival en la final.

Claro que si ese balón de Bruno Alves se hubiese decidido por entrar tras verse con el travesaño, al mismo tiempo que el azar hubiera optado por el lado izquierdo en el disparo al palo de Cesc, muchos titulares que hoy disfrutamos se convertirían en cómodas críticas cargadas de conveniencia. Porque en el pos partido se habla mejor. Pero el discurso cinematográfico va cambiando en función de la película. Y esto es lo que sucede a dos días de la final.

Ahora la historia de la película cambia y puede terminar en final feliz. Es entonces cuando esas críticas se apagan y los escasos adornos comienzan a relucir.



Las voces de las ondas se quejaron, las palabras de los diarios se quejaron, y las radiaciones televisivas despertaron debates sensacionalistas al tirar del pequeño hilo que sale de un magnífico y ostentoso vestido.

En esas mismas ondas, la buscada audiencia, aquella que marcó un 87,3% de share durante la pasada tanda de penaltis, habló. Y la escuché entre la marea de más audiencia. A los hinchas españoles les gustan sus internacionales. Confían en su seleccionador, lo han hecho siempre. Y por supuesto quieren ganar: con nueve, sin nueve, con seis o sin quince. Por lo menos, ese tanto por ciento de audiencia reconocía a la Selección que nos hizo gritar y emocionarnos en cada uno de los partidos de Johannesburgo, Ciudad del Cabo, Durban o Pretoria.

“No quiero generalizar, ser doblemente injusto ofendiendo a los inocentes y procurando un escondite a los culpables. Habría que tomarse la molestia de hacer la lista de los periodistas deportivos que han sacrificado la responsabilidad social inherente a su oficio, la que justifica el amparo constitucional reforzado a su libre expresión, en el altar de ciertos intereses económicos. Aunque lo camuflen de periodismo cívico. O de literatura. A pesar de sus protestas de inocencia, son  inductores de tanta vergüenza. De momento, no encuentro ganas. Para ellos su señorío”. Así de contundente se ha mostrado Manuel Matamoros en su última publicación.

Y como de citas y recortes está hecho el hombre, comencemos por Lope de Vega que es partidario de mecer la cuna hasta que el niño se duerma: “Si el vulgo es necio y, pues lo paga, es justo hablarle en necio para darle gusto”. O bien, por el humanista Tomás de Iriarte, que culpa a quien da de comer al niño: “Sepa quien para el pueblo trabaja, que tal vez a la plebe culpa en vano; pues si en dándole paja, come paja, siempre que le dan grano, come grano”.

Aunque yo me quedo con la búsqueda de Francisco de Ayala: “No todo el mundo entiende a Shakespeare y a Cervantes, pero hay algo que todo el mundo entiende de Shakespeare y Cervantes”.

He empezado diciendo que me dejo mecer, ¿no? Pues ya es hora de salir de esa cómoda cuna, por mucho que nos cueste. Leamos entrelineas el transcurso futbolístico de esta Eurocopa, que bien ganaremos o mal perderemos pero siempre con la confianza puesta en nuestra Selección, que no es perfecta…

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