jueves, 15 de diciembre de 2011

Tras las huellas de Scott y Amudsen

34 días, 96 kilómetros y unos cuantos fallos de logística fue lo que separó la derrota de la victoria y la muerte de la vida. Con 23 perros, 10 ponis, 15 trineos y el mismo número de hombres más, Robert Falcon Scott partió de Inglaterra un 15 de Junio de 2010 con intención de conquistar el Polo Sur desde un punto de vista meramente científico. El verano de ese mismo año Roald Engelbregt Gravning Amudsen saldría de Oslo sin comunicar a su tripulación el verdadero fin  de su travesía. No fue hasta que alcanzaron Madeira cuando realmente avisaron a su rival directo, el capitán Scott de su intención únicamente competitiva. No quedaba otra que realizar la mejor de las planificaciones.
 
Meses después ya estaban cazando focas y cortando pieles – algo que el inglés pasó por alto: una adecuada vestimenta para soportar temperaturas de más de 45 grados bajo cero. Los noruegos se forraron de arriba abajo con sus pieles de morsas -  tejido que evitaba cualquier ranura que significara la muerte segura. Mientras que los ingleses arrastraron a través de la nieve y el agua varios kilos de lana helada. Cómo
echaría en falta el extraordinario Goretex de hoy día el valiente capitán. Primer fallo básico.
 
Pero sin duda, el fallo de los fallos: los ponis. Cuyas pieles se congelaban al sudar, y cuyas pezuñas se hundían en la nieve. Al poco de llegar a la Antártida la decena de caballos mongoles estaba condenada a la muerte. Los perros groenlandeses, por el contrario, demostraron su gran adaptación a las bajas temperaturas, porque entre otras cosas transpiran por la lengua. Sin contar, con su capacidad de alimentarse de la cruel pero certera ley: “perro come perro”. De modo, que a los británicos no les quedó otra que arrastrar ellos mismos su trineo, con el peligro y grandísimo esfuerzo que esto suponía.


 

Tras cien años…
 

… ningún esfuerzo fue en vano. Cien años más tarde, Scott sigue siendo recordado y probablemente las acertadas hazañas de Amudsen se conmemoran gracias a las páginas y fallos del inglés. Los noruegos serían los vencedores pero los que pasaron a la leyenda serían los británicos.
 
Amudsen fue el primero en lograr unir el océano Atlántico y el Pacífico a través del paso del Noroeste. Y su siguiente sueño era lograr el Polo Norte Geográfico, pero cuando ya lo tenía todo preparado le llegó la noticia de que el norteamericano Peary lo había logrado, algo que ahora sabemos que no es cierto, pero que entonces no se puso en duda. Su ambición se convirtió en su verdadero objetivo.
 
El emprendedor y competitivo escandinavo, no solo ganó a Scott, sino que cuestionó – ligeramente – el expansionismo inglés de la época. Podrían conquistar los parajes más exóticos de la Sabana, pero nunca podrían con la gélida Antártida. 
 
El noruego culminó la ‘cima’ y volvió para contarlo, algo que no podría hacer Scott, que gracias a sus últimos escritos hoy podemos acercarnos más a la figura otorgada por la historia a lo largo de los años, del ‘buen perdedor’. 


 Tras las primeras páginas….
 

… “Nos aferramos hasta el final, pero nos estamos debilitando, por supuesto, y el final no puede estar lejos. Es una pena, pero no creo que pueda escribir más. R. Scott. Por Dios, cuidar de nuestras viudas*.”
 
Tras varios días soportando una de las más grandes y frías ventiscas que se han registrado en el Polo Sur y después de firmar esta aterradora frase, el capitán se abrazó a sus compañeros Wilson y Bowers, y sucumbió a la muerte más dulce de las muertes.

El resultado de esta apasionante, a la vez que valiente y trágica, carrera hacia los 90º sur fue: la meta un 14 de diciembre de 1911 con un equipo de 5 hombres, 52 perros y 4 trineos; y un 17 de enero de 1912 con la bandera noruega como guarda de una carta dirigida al rey Haakon VI y una peculiar nota destinada a Scott, en la que le deseaba suerte y le dejaba un trineo para su vuelta. Como  burla o en acto de honor, fuere como fuese, al inglés no le quedó otra que darse por vencido. 

*Para más dramatismo, si cabe, un agonizante Scott tachó la palabra ‘esposas’ para sustituirla por ‘viudas’.

 

Como curiosidad…

-    Alimentación noruega: 125 gm de Leche en polvo. 400 gm de galletas. 24 gm de chocolate. 375 gm de pemmican o carne seca. Total: 975 gm.
 
-    Alimentación inglesa: 20 gm de té. 454 gm de galletas. 24 gm de cacao. 340 gm de penmican. 57 gm de mantequilla. 85 gm de azúcar. Total: 980 gm.



Mientras escribo estas líneas disfruto de Mecano con su 'Héroes de La Antártida', y me recuerda la primera vez que oí 'hablar' de la aventura del capitán Scott.



2 comentarios:

  1. Buenas!

    ¡Muy buena entrada y bien documentada! He encontrado tu blog buscando cosas del Basque team (Iñurrategui, Zabalza y Vallejo) que hizo la travesía transantártica hace poco e información de los primeros aventureros que pasaron por allí, por curiosidad más que nada.

    La verdad es que da miedo sólo pensar cómo esta gente se metía en estas cosas con los medios que tenían en la época. Si ya en el 2012 es una aventura de las grandes, entonces era algo totalmente épico como lo fue la ascensión al Mont Blanc de Balmat o las cosas que hicieron Terray, Bonnati, Rebuffat, Messner y compañía bastantes años después.

    El resto de mortales sólo aspiramos a leerlas y a montaros nuestras pequeñas aventuras. Pero vamos, que sea como sea, hay que vivir, dejar pasar el tiempo no es una opción -aunque lo hagamos demasiadas veces-.

    Pues eso, voy a echarle una leída al blog, que ando ocioso hoy. :D

    Juan Luis

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    1. Hola Juan Luis,

      ¡Me alegro mucho de que te gustase la entrada! Pertenece a esas historias que merecen ser revividas cada año. Sería una barbaridad, pero si ahora nos aventuráramos a revivirla en condiciones, con los medios de entonces y con la costumbre a la comodidad de hoy, no duraríamos ni la mitad del trayecto.

      Espero que disfrutáses del resto del blog. Un abrazo

      Teresa

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