"Creo en América". Con esta frase da comienzo la película que este año cumple 40 años de su estreno: ‘El Padrino‘. Gracias al inexperto talento de Francis Ford Coppola y al trabajo de un actor presuntamente acabado como Marlon Brando alumbraron una obra maestra sin paliativos, que descubrió un nuevo sentido de la épica y se convirtió en un clásico instantáneo que no ha perdido ni un ápice de su vigor a sus 40 años.
Automáticamente, la adaptación de la novela de Mario Puzo desbancó a la que durante 33 años fue la reina de la taquilla: ‘Lo que el viento se llevó’. El Padrino, que abrió un nuevo concepto de cine, recaudó más de 245 millones de dólares en todo el mundo. Y si a esto le sumamos el gran trabajo de producción, con Robert Evans a la cabeza del proyecto, esta obra maestra batió todos los récords, ya que se logró rodar en menos de dos meses, a pesar de la escasa experiencia de un tal director de la Paramount. Aunque lo aceptara a regañadientes, un joven director italoamericano llamado Francis Ford Coppola, que había escrito
el guion de’ Patton’ y dirigido películas de interés medio, firmó el proyecto y logró, antes de comenzar a rodar, lo que se consideraría todo un mérito: subir el presupuesto de 1 a 6 millones de dólares.
Automáticamente, la adaptación de la novela de Mario Puzo desbancó a la que durante 33 años fue la reina de la taquilla: ‘Lo que el viento se llevó’. El Padrino, que abrió un nuevo concepto de cine, recaudó más de 245 millones de dólares en todo el mundo. Y si a esto le sumamos el gran trabajo de producción, con Robert Evans a la cabeza del proyecto, esta obra maestra batió todos los récords, ya que se logró rodar en menos de dos meses, a pesar de la escasa experiencia de un tal director de la Paramount. Aunque lo aceptara a regañadientes, un joven director italoamericano llamado Francis Ford Coppola, que había escrito
el guion de’ Patton’ y dirigido películas de interés medio, firmó el proyecto y logró, antes de comenzar a rodar, lo que se consideraría todo un mérito: subir el presupuesto de 1 a 6 millones de dólares.
El Padrino no sólo fue pionera en el mundo de la producción, sino que desvinculó por completo la idea de cine de gran formato. A primeros de los 70 los grandes estudios ya se encontraban en el ocaso de su trayectoria. Se consolidaba así una nueva forma de hacer cine ‘de primer plano’, a la vez que la producción de films en cadena perdía protagonismo.
La película, estrenada un 15 de marzo de 1972 en Nueva York, encontró en el descalabro moral un nuevo código mitológico, en el proceder mafioso una nueva poética de la violencia y en las calles de Nueva York un interminable paisaje de corrupción fascinante. Todo ello, a pesar de que en todo el guión no se lee la palabra ‘mafia’. Gracias a la historia de Puzo, el mundo pudo conocer conceptos como ‘mangiare’ (en más de 60 escenas los personajes degustan delicias italianas), ‘vendetta’, ‘consigliere’ o ‘cosa nostra’. De hecho, el que fuera por aquel entonces el mejor director de la Paramount, Sergio Leone, rechazó el proyecto por encontrarlo “poco crítico con la mafia”. Más tarde dirigiría otro gran éxito, Érase una vez en América (1984).
El clan de los Coppola se cuela en el casting
Los Coppola, como si fueran un clan mafioso en sí mismo -que según confesaría Puzo, coguionista de la cinta, también inspiró partes del filme-, se volcaron en ‘El Padrin’o. De hecho, la hermana de Francis Ford, Talia Shire, interpretó en este filme y en el resto de la trilogía a Connie Corleone.
Su padre Carmine se encargó de tocar el piano en una de las secuencias, la madre, llamada directamente Italia, hacía de extra en uno de los restaurantes donde la salsa de tomate se confundía con la sangre y sus hijos también hicieron pequeños cameos. Giancarlo y Roman eran figurantes en la paliza de Sonny a Carlo, y Sofia -que sería vapuleada por su interpretación en la tercera parte de la saga- es el bebé de Michael Rizzi en la secuencia del bautismo. Además, la futura musa de Woody Allen Diane Keaton, que encarnaba a la mujer de Michael Corleone, Kay Admas, se inspiró en Eleonor, esposa del propio Coppola.
Pero para el verdadero padrino, Don Vito Corleone, Francis Ford Coppola requirió al que consideraba el mejor actor de todos los tiempos, Marlon Brando, a pesar de la negativa del estudio, que prefería a Ernest Borgnine. Una circunstancia que afectó en el bajo sueldo que tuvo que aceptar Brando, recompensado por el considerable porcentaje de la taquilla.
El veterano actor, quien interpretó a un carismático anciano de agresividad elegante con escasos trucos de maquillaje, ganó el segundo Oscar de su carrera. Una estatuilla que no fue a recoger personalmente, mandando en su lugar a la india, Sacheen ‘Pequeña Pluma’, con el fin de protestar por el trato que recibían los indios en EEUU.
Sinatra comparte personajes con De Niro y Al PacinoEl veterano actor, quien interpretó a un carismático anciano de agresividad elegante con escasos trucos de maquillaje, ganó el segundo Oscar de su carrera. Una estatuilla que no fue a recoger personalmente, mandando en su lugar a la india, Sacheen ‘Pequeña Pluma’, con el fin de protestar por el trato que recibían los indios en EEUU.
Incluso Frank Sinatra, que conocía desde dentro la mafia neoyorquina, llegó a pujar por el papel pese a su inicial oposición a que el filme se realizara. Aún así, Sinatra se ve reflejado indirectamente en el papel de Johnny Fontane, un cantante y actor que triunfa gracias a los Corleone. Un personaje que tiene menor relevancia en la película que en el libro, ya que así lo pidió el propio Sinatra a Coppola.
Para el papel de Michael, sornaron nombres como Robert Redford, Warren Beatty o Jack Nicholson. Al Pacino tuvo que ganarse el puesto gracias a la escena del tiroteo en el restaurante. Algo parecido sucedió en la elección del entonces desconocido Robert de Niro. Tras realizar pruebas para cuatro personajes sin éxito alguno, el ahora reconocido actor consiguió el papel de un recién aterrizado Vito Corleone al barrio neoyorquino de Hell’s Kitchen, en cuyas calles se criaron el propio De Niro y Sylvester Stallone.
Para el papel de Michael, sornaron nombres como Robert Redford, Warren Beatty o Jack Nicholson. Al Pacino tuvo que ganarse el puesto gracias a la escena del tiroteo en el restaurante. Algo parecido sucedió en la elección del entonces desconocido Robert de Niro. Tras realizar pruebas para cuatro personajes sin éxito alguno, el ahora reconocido actor consiguió el papel de un recién aterrizado Vito Corleone al barrio neoyorquino de Hell’s Kitchen, en cuyas calles se criaron el propio De Niro y Sylvester Stallone.
Para acompañar esas muertes legendarias y cinematográficamente sofisticadas -18 incluyendo la del caballo cuya cabeza (real) aparece entre sábanas de raso-, Coppola quiso contar con una banda sonora inolvidable que retrotraía a los mejores títulos del cine italiano al estar compuesta por Nino Rota, y con la fotografía tenebrista primero y deslumbrante después de Gordon Willis, responsable de iluminación de las mejores obras de Woody Allen.
Las imágenes, que combinan la calidez siciliana con la dinámica implacable del capitalismo para hacer una suerte de génesis operística de la sociedad estadounidense del siglo XX, prolongan la trilogía en dos partes más, cuyo segundo film resulta para muchos, incluso, superior. ‘El Padrino: Parte II’ (1974), que recoge una de las frases más célebres del cine: “Ten cerca a tus amigos pero más cerca a tus enemigos”.
Tras el listón de las películas de los 70, la tercera parte de los 90, no puedo disfrutar del gran éxito cosechado por sus progenitoras.
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