Ayer fui al cine. La película de Antonio Hernández: "El Capitán Trueno y el Santo Grial", una adaptación del cómic original de aventuras, creado por Víctor Mora en 1956.
"Palestina, el capitán encuentra en las mazmorras de una fortalez a un moribundo cristiano, llamado Juan de Rivera, quien le encomienda la misión de devolver a España un mágico cáliz que dice ser el Santo Grial y que fue robado a una orden milenaria de caballeros.
Trueno, junto a sus inseparables amigos Crispín y Goliat, y una princesa vikinga llamada Sigrid, tendrán que hacer frente a un malvado señor feudal y sus "diablos" negros, que tienen atemorizada a la población de la baja Aragón."
Lo mejor de la película, Gary Piquer que interpreta al malvadísimo Sir Black. Lo clava. Del resto, poco que decir. Una película mal hecha pero que, a diferencia de otras en las que se han invertido miles de dólares, transmite emoción, recuerdos y mucha nostalgia.
Primera escena. Goliat y Crispín a punto de morir. En ese momento, el brinco del de al lado nos indica que ha vuelto a ser niño: "Recórcholis!! Es Goliat y el rubio, Crispín!". Solo por eso, merece la pena ver las aventuras cinematográficas de "El Capitán Trueno". Eso sí, llevaros a un 'niño' de 50 años que en las tardes de verano devoraba los tebeos de héroe medieval.
Como curiosidad... Manuel Martínez, 31 veces campeón de España de lanzamiento de peso (al aire libre y en pista cubierta), encarna al gigante Goliat, mientras que Elsa Pataki, principal reclamo promocional en Cannes, dejó el rodaje por incompatibilidad de agenda, para unirse a Fast Five.
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